2009: Se anuncia un gran año para la poesía chilena
L
os cantos de la Sibila se titula el nuevo poemario del destacado poeta y académico Andrés Morales que próximamente presentará Editorial Universitaria en su prestigiosa colección "El poliedro y el mar", que ya había editado en 2001 "Réquiem". El poemario será presentado en los primeros meses de 2009. Como un adelanto, transcribo los textos que ya han comenzado a circular por internet, todos ellos provistos de una incuestionable potencia lírica, cuya temática nos conduce a imágenes en que el ser humano debe enfrentar su verdad ante la caída de los sistemas. Una poesía de gran contensión y de variados símbolos de la modernidad, revisada en un verso cuidado y bellamente preciso.
Entre sus obras destacan Por ínsulas extrañas (1982), Lázaro siempre llora (1985), No el azar (1987), Romper los ojos (1995), Vicio de belleza (1992), Escenas del derrumbe de Occidente (1998), Réquiem (2001), Antología personal (2001), Memoria Muerta (2003) y Demonio de la Nada (2005). Ha obtenido, entre otros, el Premio Manantial de la Universidad de Chile, el Premio Miguel Hernández en Buenos Aires, el Premio de Poesía Pablo Neruda y el Primer Lugar en el Concurso Internacional de Poesía "Les portes des poetes" en París, Francia.
VISIÓN DEL PADRE MUERTO
De nada aquel amor de sordas lilas,
de nada esa república difunta.
Estás sentado entonces, austeramente solo
y en otra vida piensas, fotografiado ayer.
El mar es traidor: es otro el mar que rompe.
Mejor abandonarse, abandonarse entero.
SIBILA ENLOQUECIDA
Maldigo la fragancia de las rosas
y el grito del cobarde en su delirio.
Maldigo, es un decir y casi cierto
a dos o tres antiguos que aún me lloran.
El odio es mi placer, mi dulce río
en donde veo el turbio azar del agua.
Nada me complace, ni aquel volcán herido.
Nada me acompaña.
Maldigo mi esperanza.
ORÁCULO DEL ODIO
Muerde calaveras, engulle el pan marchito,
ronca en el desaire del ojo que te observa.
Quema el mar en llamas, al húmero quebrado,
enreda tu quietud. Ahora clama y llora.
Las parcas, las eneidas, las madres que reclaman
habrán de abrir tu lecho de piedras en la muerte.
Nada quede entonces en el fulgor, la ira
,águilas y cuervos o hienas por la noche:
Todo se derrumbe encima de tus sueños.