Quiero tragarme toda la amargura.
***
Esa obsesión de ser otro sin ser uno
para dejar de ser el que se era,
siendo a la vez el pez y la pecera,
y entre las multitudes ser ninguno.
Abandonarse y ser a ras de suelo
lombriz voraz, quemante lombricera
como es el alma cuando traicionera
nos abandona hasta alcanzar el vuelo.
***
Lancémonos en llamas
piel abajo,
atados libremente
por ennegrecidos pasadizos,
curvas y recelos.
Recién paridos,
disparémonos
sin pensar días siguientes.
Nos guarecen
horas y segundos.
***
Una pena arbórea para zanjar los cielos.
Pena de brazos abiertos,
restos de ti
en las cosas.
***
No hables,
baja
a la seda del susurro.
Olvida
que un nombre subirá mañana.
No sigas parpadeando
el eco del sentido.
Todos tuvimos algo que sangramos.
CREDO
No le creo a tu pasión
resuelta sobre almohadas
ni a la sangre
que en preguntas bulle.
Ya sé, la piel a los olores se acostumbra,
a convertir en miel sudores agridulces.
No le creo a tu cara de ternura,
brisa calcinante sobre arenas,
reptil borracho del crepúsculo,
obligado a caminar sin nombre.
No le creo a las rendijas de tus labios,
más fuerte se retorció el aire.
No le creo a tu placer,
cuchilla fiel de filo suave,
roce tras roce llamándome al secreto
de la fiesta con campanas del deseo.
Solo creo.