A fines de marzo de este año, aparecieron publicados en español en la revista de literatura peruana Vallejo & Co. siete poemas de la poeta italiana Chiara De Luca, escritora y traductora que ha destinado la vida y la pasión por la escritura poética .
Es autora de los poemarios La corola della memoria (2008), Animali prima del diluvio (2010) y del inédito Alfabeto dell’invisibile, en versión bilingüe español-italiano. Su poesía sorprende por la fuerza expresiva que alcanza en los versos. Sin duda, una autora que debemos considerar cuando se trata de elegir poesía "de alto vuelo".
En otras entregas, comentaremos su reciente Alfabeto dell’invisibile, editado por Samuele Editore. He aquí una muestra autorizada por la gentileza de la propia autora.
Soy esta casa derruida
de ventanas ciegas y fumo
contra el cielo, partida
por haber defendido demasiado.
No me llames, vuelve sólo
si es para reconstruir.
Todo tiembla entrando
estallan las grietas del silencio,
desquician las puertas hacia la oscuridad.
No se redisponen las piedras
porque no tiene más herederos el sueño
no ha olvidado nada que se pueda robar.
Sólo las paredes exteriores saben estar
blancas al encontrarse con el viento.
Es extraño ver cómo puede el viento
liberar el cielo y aliviar en vuelo
los brazos de los árboles de nuevo genuflexos.
A la prisionera en casa aún le falta mucha luz
bebida por el edificio a pocos metros desertado,
mientras sobre la terraza los paños juegan con los hilos
recargados bailan desaliñados y como ignorantes
del tiempo oculto que marcado por el silencio
hace meses en mi barrio replica solamente
la belleza dura de tus ojos en el andar
la trágica sabiduría que enmascara los miedos
los gritos de los niños en ese corral
tan puros
(De La corola della memoria, 2008)
Ocaso
No digo que no exista el amor
murmuras en ruego después de una hora
de charlas y risotadas agudas de niña;
te envuelves la falda alrededor de los tobillos,
tirándote los puños del jersey sobre las manos
para posar tu mentón sobre el dorso
sentándose conmigo sobre la acera
– entre cucuruchos llovidos a dos metros de la papelera
pan, maíz y guano sobre el peldaño,
contando sobre el pavimento los tacones y mocasines
las ruedas del bus, de las bicicletas y de los cochecitos –
pero hoy el amor es este triste río,
invadido por rechazos y ratas de alcantarilla,
que en el caos del centro corre despreocupado
del estruendo entrometido de los coches que lo invade
nosotros somos las figuras alineadas sobre el puente,
que ves delineándose indistintas en el ocaso:
hay quien al parapeto se asoma quizás en busca,
quien de pronto se petrifica en la tormenta,
quien por error o aburrimiento se pone de pie en el centro;
la mayoría va más allá al horizonte de los otros,
o de un trabajo, un techo, un reconocimiento,
una pantalla, una corneta, un agujero dentro
y el sol lentamente en el agua se va desvaneciendo.
(Del inédito Alfabeto dell’invisibile)