16 de septiembre de 2022

El amor insecto






RIL Editores
Santiago de Chile
2003
Prólogo de Verónica Jiménez



Santiago de Chile, 2003



ABRÍ PUERTAS

 

 

Abrí puertas

y desencuentros;

un vacío de sollozos

sin ecos.

 

El árbol oscuro

se ha deshecho

de horas valiosas,

de frutos negros.

 

He palpado osadía

y espejos;

garganta violenta,

cósmico vuelo.

 

¡Cuerpo y Alma,

empecemos!

NI LA LLAMARADA...

 

Ni la llamarada para el solitario

de la boca herida.

Le duele la sombra y su llanto

son pisadas que no alcanzan horizontes.

Déjalo dormir, arrópalo primero.

No vaya a ser que con el agua

la noche lo cubra de lodo.

Óyelo hablar; óyelo mucho.

Su voz habitará tus manos

cuando acaricies. Él te abrirá

la puerta cuando el amanecer

te bese con zumbidos.

 

No llores así: 

la pena también tiene esqueleto.



ENCÚBREME EN EL SUEÑO

 

Encúbreme en el sueño

la caída lenta del olvido

para llegar, antes del alba,

libre de miedos, alegre de sonidos.

 

Temo decir a oscuras

palabra luminosa que olvidamos

desde niños.

 

No cedas a la pena

si el árbol es más viejo que el racimo.

Y el mundo, un infierno diminuto

para los dos: manzana y paraíso.



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