OREJAS
Lo que sé
no es por tu mirada.
Es la vida arrastrándose
a mis pies;
y la siento venir
detrás de las puertas.
DONDE DORMIMOS SIN SUEÑO
Las horas degustan
su plato favorito.
Arde tu vida. Y la mía
a punto
de ser ceniza en tu cabello.
ESTANCIA NOCTURNA
¡Ay, no cierres la cortina,
la pared está mirando!
No le cierres la timidez
de sus párpados,
que el humo afuera
vuela en lo alto
y el poste en la esquina
lamenta el asfalto.
¡Y la calle que habla
con su piedra en la mano!
LA LÍRICA DE LA NOCHE
Y se acaba en esta noche
la lírica de la noche:
un ventanal es todo lo que miro.
Las manos sosegadas de barrancos.
La radio, sin andar; yo, frente a un cerro.
El mundo de esta parte está dormido.
Me quiero en el latido de la bruma.
Está la noche entrando en su noche.
Me quiero aquí desnudo en la terraza,
mirándome estos pies que no son míos.
Adentro, ni llamadas ni ropas repartidas,
ni sábanas luciendo los restos de unos besos.
El mundo de esta parte está dormido.
LAS TAZAS LLENAS DE BESOS
A Maximiliano Basso Benelli
Las tazas son los seres
más llenos de besos,
llevan sus costados y sus bordes
llenos de besos guardados,
aunque sus muros de loza
no se abran amorosamente
para recibir mis labios.
Yo he besado más las tazas
que las mejillas transparentes
de los vasos.
Al poner mis labios en ellas,
recojo besos enterrados,
y me sumerjo, idilio adentro,
en los rincones de los jarros,
para tocar a diario
sus enlozados bordes.
Últimamente,
estoy besando sus figuras,
y veo con los ojos cerrados
de otro mundo…
¡Las tazas llenas de besos!
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